¿Dónde están los proyectos de impacto social y económico que prometieron? Los ciudadanos exigen respuestas.
En la Región Lima, el eco del descontento resuena con fuerza entre los ciudadanos de a pie. A pesar de contar con un MEGAPUERTO inaugurado, que promete un aumento en las actividades comerciales en la provincia de Huaral y sus alrededores, la realidad de las nueve provincias es desoladora. Los centros de salud continúan en las mismas condiciones precarias, con categorías desactualizadas; las escuelas carecen de infraestructuras adecuadas, y el acceso al agua sigue siendo un lujo para los agricultores.
La gestión de Rosa Vásquez Cuadrado durante los últimos dos años ha estado marcada por escándalos y denuncias de presuntos actos de corrupción, opacando cualquier intento de desarrollo genuino en la región. El Consejo Regional, lejos de actuar como un ente fiscalizador, ha permanecido mudo y pasivo ante tal situación, dejando a los ciudadanos a merced de una clase política que parece más centrada en sus intereses personales que en el bienestar de la población.
Mientras la política local se ahoga en la bazofia y el cuestionamiento moral, ¡el desarrollo de la región Lima queda estancado! Los ciudadanos exigen un cambio: una propuesta de desarrollo que realmente respete las necesidades de la gente y priorice proyectos que generen un impacto positivo en su vida diaria. Hasta que esto suceda, la sombra de la corrupción y el abandono continuarán oscureciendo el futuro de las provincias.