Cañete cierra el 2024 con calles sucias, trabajadores impagos y un presupuesto que duerme el sueño de los justos.
La gestión de Tony Alcántara, el autoproclamado «Alcalde de los Humildes», demuestra que la humildad no se traduce en eficiencia. Según la Contraloría General de la República, su gestión cerrará el año fiscal 2024 con menos del 50% de capacidad de gasto en proyectos de inversión, dejando millones de soles sin ejecutar y un legado de calles sucias, servicios deficientes y trabajadores impagos.
Bajo la dirección de José Tomás Alcántara Malásquez, el Municipio Provincial de Cañete registra apenas un 60.2% de avance en su ejecución presupuestal general y un alarmante 47.4% en obras. ¿Dónde quedaron las promesas de progreso? Parece que se las llevó la botella, el apodo que ya resuena entre los vecinos con más fuerza que sus discursos.
Mientras tanto, la contaminación ambiental aumenta, los proyectos quedan en el aire y las metas incumplidas son el sello de esta administración. Los vecinos no solo enfrentan calles en mal estado y basura acumulada, sino también la frustración de ver cómo sus impuestos financian el inmovilismo.
La Contraloría ha sido clara: la responsabilidad recae en el alcalde y el Concejo Municipal, quienes parecen más interesados en justificar su inacción que en garantizar el uso eficiente del presupuesto.
